La Celeste se asume cuádruple campeona del mundo y lo lleva estampado en su camiseta, mientras el organismo que preside Infantino es ambiguo.
Puertas adentro, Uruguay siempre tuvo claro que fue campeón del mundo en cuatro oportunidades y por eso luce esa cantidad de estrellas en su gloriosa camiseta, como ocurrió hasta su último partido en el debut ante Panamá, por la Copa América. Es que para la Celeste, basándose en sus conquistas futbolísticas y en la validación que tuvieron en la prensa y en la opinión pública de la época, la historia de los mundiales comenzó varios años antes de lo que oficialmente se conoce. Más precisamente en 1924, cuando venció 3-0 a Suiza y ganó el oro olímpico en fútbol en los Juegos de París, torneo del que participaron 22 selecciones, y continuó en 1928 en los Juegos de Ámsterdam, cuando venció 2-1 a la Argentina y obtuvo su segunda medalla dorada en un certamen que disputaron 17 combinados nacionales. Sobre la base de sus dos conquistas olímpicas, Uruguay siguió construyendo su historia de grandeza agregándole el título de 1930, cuando fue sede del primer Campeonato Mundial de Football de la FIFA, y el de 1950, tras concretar el famoso “Maracanazo” en Brasil.
Para reafirmar su condición de cuádruple campeón mundial, decidió presentarse y mostrarse como tal. Se basó en el Brasil que era tricampeón del mundo desde 1970 y que comenzó a bordar las estrellas en el Mundial Alemania 74, y en Italia, que las empezó a utilizar en México 86, tras consagrarse por tercera vez cuatro años antes, en España 82. Por eso en 1992, según su versión de los hechos, y mediante un aparente acuerdo tácito con la FIFA, Uruguay decidió estampar las cuatro estrellas en la camiseta de la selección y las lució, sin objeción alguna del organismo rector del fútbol, en los mundiales Corea-Japón 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022. De hecho, dice en el artículo 9 C (9.3) correspondiente a Símbolos conmemorativos del Reglamento de Equipamiento de FIFA, publicado en 2022, que “La selección nacional absoluta masculina o femenina de una federación miembro y todas sus selecciones por grupos de edad que compitan en la misma disciplina podrán exhibir la estrella de cinco puntas del ganador de la FIFA, u otros símbolos que especifique la FIFA, en cada edición de las siguientes competiciones de la FIFA que haya ganado dicha selección absoluta”.
“Los periodistas acá empezamos a hablar de eso y le insistí a Miguel Restuccia, que era vicepresidente de la AUF y presidente de Nacional, que le pusiéramos cuatro estrellas a nuestra camiseta. ‘Miguel, mire la camiseta de Brasil ¡nosotros tenemos cuatro estrellas!”, cuenta ante LA NACION Atilio Garrido, periodista e historiador. La ocurrencia en el seno del fútbol uruguayo que se trasladó a la camiseta celeste no generó incomodidades en el fútbol de selecciones. Mucho menos en los otros campeones del mundo. Argentina e Inglaterra recién incorporaron estrellas a sus camisetas en Alemania 2006 y Alemania lo había hecho en Francia 98. Otra prueba de que siempre se trató de un asunto menor y sin urgencias fue un 0 a 0 amistoso en 2011 entre Francia y Uruguay disputado en el Stade de France, que fue anunciado como el partido de las cinco estrellas, por las cuatro charrúas y por la única que hasta ese momento habían obtenido Les Bleus.
En 2020, con motivo de celebrarse los 100 años de la AUF, la FIFA saludó al fútbol uruguayo y le reconoció cuatro títulos del mundo, lo que fue tomado en el vecino país como una confirmación de que es cuádruple campeón del mundo compartiendo ese privilegio con alemanes e italianos. Destacaba de Uruguay la FIFA: “Se colgó la medalla de oro en las ediciones del Torneo Olímpico de Fútbol de 1924 en París y de 1928 en Ámsterdam, considerados en aquel entonces como campeonatos del mundo. Con motivo de estos triunfos, Uruguay fue designado como país anfitrión de la primera Copa Mundial de la FIFA, disputada en 1930. Los locales se adjudicaron el título gracias a su victoria por 4-2 sobre sus vecinos argentinos”.
“La FIFA confirmó que Uruguay tiene cuatro títulos mundiales”, celebraron los medios uruguayos. Aunque al año siguiente se reavivó la polémica, ya que la AUF fue notificada por Tenfield, empresa por la cual Puma fue su proveedor de indumentaria antes de la actual Nike, que la marca había recibido una comunicación de un funcionario de un departamento de competiciones y marketing de FIFA intimando a retirar dos de las cuatro estrellas de la camiseta. “Todo muy desprolijo”, sugiere el periodista Diego Muñoz. Inmediatamente la Asociación Uruguaya de Fútbol inició contactos directos con el secretario de Gianni Infantino Para interiorizarse del asunto. “Estamos trabajando para revocar la decisión de FIFA o que reconozcan que los Juegos Olímpicos son considerados como campeonatos mundiales. Uruguay va a torcer con argumentos esta decisión de FIFA”, expresó por esos días Jorge Casales, director de competiciones de la AUF. La respuesta fue que mientras no llegara una decisión ni comunicación oficial no era necesario que sacaran las estrellas.
A su vez, la FIFA envió otro guiño positivo al reconocer los cuatro títulos mundiales de Uruguay en una pantalla interactiva de su museo oficial en Qatar 2022: “Campeones del mundo cuatro veces al ganar los Juegos Olímpicos anteriores a 1930, de 1924 y 1928, además de las copas del mundo de 1930 y 1950. Uruguay también obtuvo un récord conjunto de 15 Copas América. El historial de este país es aún más impresionante cuando se tiene en cuenta que con su población de sólo tres millones ganaron ocho Copa Libertadores entre Peñarol y Nacional”.
Extraño ida y vuelta del organismo con sede en Suiza, que nunca fue conclusivo con el asunto y por ello se mantiene viva la polémica fuera de Uruguay. A veces también suele dar un paso hacia atrás en esa consideración respecto de la cantidad de mundiales obtenidos por los charrúas. “En el Maracaná, unas 200.000 personas, o quizá más, fueron testigos del denominado Maracanazo: Uruguay remontó la desventaja inicial y, gracias a un tanto de Alcides Ghiggia, se puso 2-1 en el marcador. La Celeste sumó su segundo título mundialista gracias a este gol”.
“Hoy se tiene una idea de la FIFA como un aparato muy poderoso, pero hay que tener en cuenta que la FIFA no hizo nada entre 1904 y 1924 y no tenía tanto prestigio. Cuando llega Joao Havelange, la FIFA y su relato oficial se vuelven poderosos. La marca World Cup nace en 1982, pero antes de eso cada Mundial se llamaba diferente”, comentó al respecto Pierre Arrighi, autor del libro 1924, Primera Copa del Mundo de Fútbol De la FIFA. Sugiriendo, claro está, que lo que diga o deje de decir FIFA en la actualidad no debería tapar lo que se hacía y se consideraba cien años atrás. “Se entró en una etapa en la que nadie puede contar lo que pasó. Si yo le pregunto hoy al presidente de la FIFA si lo de 1924 fue un Mundial me va a decir que no, pero eso es una opinión personal, nada más. No me dice nada sobre lo que pasó en el momento”, enfatizó Arrighi, quien durante su investigación se introdujo en la biblioteca de la Federación Francesa de Fútbol y en dichos archivos encontró una pila de libros oficiales de la época en la que se reconocía a los campeonatos de 1924 y 1928 como mundiales.
Desde su residencia en Chantilly, durante una entrevista para un medio de su país, Arrighi contó además que se comunicó vía correo electrónico con el servicio de documentación de la FIFA para saber qué pensaban desde el organismo sobre las cuatro estrellas y que estos le respondieron que estaban de acuerdo. “Tengo ese correo electrónico en el libro”, afirmó.
“Sinceramente no hay demasiados avances en el tema y tampoco creo que sea necesaria la búsqueda de legitimación que no va a llegar. A mí me parece un tema menor, de segundo orden. Hay una realidad que está vinculada a la historia misma y que en ese momento los campeonatos de fútbol olímpicos eran considerados mundiales por FIFA. También es verdad que el campeonato del mundo tal cual lo concebimos, del 30 a la fecha, no fueron juegos olímpicos y en esa medida hay una ambigüedad sostenida por cada una de las partes. Y en base a eso lo que la Selección uruguaya hace con las cuatro estrellas es sacar chapa de un hecho objetivo real que lo identifica. Dos tribunas del Centenario se llaman Colombes y Ámsterdam, con lo cual Uruguay no se pone dos estrellas de la nada, no tiene olvidados esos logros y no es que los saca solo para ponerlos en la camiseta”, sostiene Diego Muñoz, periodista uruguayo de ESPN. ”Si vamos a lo duro del campeonato del mundo, Uruguay ganó dos, el del 30 y el del 50, con lo cual en esa ambigüedad todos tienen un poco de razón y ninguno busca con ahínco encontrar la resolución definitiva. Sinceramente creo que FIFA no está interesada en aclararlo porque más allá de cuestiones que en Uruguay nos gustan, de sentirnos chiquitos y ver conspiraciones mundiales en contra nuestra, FIFA no le da importancia porque es significativamente menor”, completa.
“El tema está resuelto. En el museo de la FIFA ya dice que somos cuatro veces campeones del mundo”, asegura Atilio Garrido. La FIFA, que se fundó el 21 en mayo de 1904 impulsada por Bélgica, Dinamarca, España , Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza, realizaba una reunión anual y “en 1914 -cuenta Garrido- llegó a la resolución de que organizaría el fútbol de los siguientes Juegos Olímpicos, los que serían considerados Campeonatos del Mundo Amateur”. Ya sin el Reino Unido, ganador de la medalla dorada en 1900 en París, en 1908 en Londres y en 1912 en Estocolmo y que renunció a la FIFA porque ésta, explica Garrido, “se negó a echar a los perdedores de la Primera Guerra Mundial”, se disputaron los torneos de fútbol en los Juegos de 1920 en Amberes y el campeón fue Bélgica, la que también podría reclamar una estrella, al derrotar 2-0 en la final a Checoslovaquia, y los dos siguientes en 1924 en París y 1928 en Ámsterdam, donde Uruguay comenzó a escribir su historia de grandeza.
La particularidad aquí es que ya el torneo de París fue anunciado en la France Football como “Le Tournoi Mondial de Football”. Y cuando Uruguay venció en la final a Suiza, se pudo leer en la prensa francesa: “La meilleure des 22 equipes que a gagné le formidable championnat du monde de ballon rond” (“El mejor de los 22 equipos que ganaron el formidable campeonato mundial de fútbol”). Otras publicaciones hicieron referencia a “Uruguay campeón del mundo” y “El once de Uruguay es campeón del mundo”. El diario Crítica de Buenos Aires, como se suele hacer habitualmente cuando ocurre un hecho destacado del Uruguay, lo celebró como un logro de la región: “El Football rioplatense se consagra como el mejor del mundo”.
En definitiva, se trata de un caso único en la historia y quizás por ello es que la FIFA, siendo ambigua, es condescendiente con el tetracampeonato mundial que asume Uruguay. Con todo, es uno de los asuntos irresueltos que más apasionan a los historiadores y que actúan como un hilo conductor entre el viejo fútbol y el actual.”No hay ninguna discusión al respecto. ¿Por qué nos dieron para organizar el Mundial del 30? Porque éramos campeones del mundo”, insiste Garrido. “Si entrás a la página oficial, la FIFA avala los cuatro títulos mundiales. Uruguay ganó dos copas del mundo, las del 30 y del 50, y dos Juegos Olímpicos del 24 y del 28 que en aquel momento eran considerados mundiales. Si no fuera así, la FIFA no lo autorizaría a usar las cuatro estrellas. En Uruguay no se discute, no hay dos bibliotecas”, coincide para LA NACION el periodista Nelson “Bambino” Etchegoyen.
“Por algo la FIFA deja a Uruguay llevar las cuatro estrellas. De hecho no está permitido por la FIFA tener más estrellas que campeonatos mundiales. O sea, si el organismo de fútbol más grande del mundo lo permite, no hay mucha ciencia. Debe haber algún documento que comprueba que son campeonatos mundiales, pero bueno, nos tiene sin cuidado. Para el que quiera decir que son dos, son dos y para el que quiera decir que son cuatro, son cuatro”, concluye para LA NACION Jorge Fucile, defensor mundialista con Uruguay en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, sobre una polémica que lleva un siglo y aparenta mantenerse por varios años más. La de Uruguay, sus cuatro estrellas y el acuerdo tácito con la FIFA.
(Por Alejandro Panfil para La Nación)
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