Los dos candidatos se descalifican y se enzarzan en ataques personales, pero el presidente tartamudea, aparece ronco y sufre algún lapsus.
“Realmente no sé lo que ha dicho al final de esa frase. Creo que él tampoco sabe lo que ha dicho”. Ese dardo de Donald Trump dio en el blanco de un Joe Biden que se mostró en el debate dubitativo, tartamudeante, con la voz tomada y hasta sufrió algún lapsus en que pareció quedarse en blanco. Si el presidente trataba de demostrar que sus 81 años no deberían preocupar a los votantes, fracasó en el intento. Los dos candidatos se enzarzaron en duros ataques personales, pero Trump aguantó educadamente cada vez su turno de palabra y fue Biden el que se lanzó a insultar, llamando a Trump “idiota y perdedor”. Aunque el expresidente recurrió una y otra vez a bulos de todo tipo, colocó sus mensajes de forma aparentemente más eficaz. Ganó por goleada en las formas, con lo que el fondo de los argumentos pasó a un segundo plano.
Trump, de 78 años, atacó a Biden con la inmigración, con la política exterior y con la economía. Biden pasó al ataque con el aborto, con los riesgos para la democracia y con el hecho de que Trump sea “un delincuente convicto”. Ambos adjudicaron al otro la etiqueta de haber sido el “peor presidente de la historia” de Estados Unidos. Ni siquiera se dieron la mano. Los dos se descalificaron mutuamente como incapaces para ocupar la Casa Blanca. Uno de los dos llegará a ella tras las elecciones del próximo 5 de noviembre.
Fue Biden el que abrió el debate contestando a una pregunta sobre la economía. Enseguida se vio que tenía la voz tomada, tosía para aclarar la garganta, pero la ronquera no desaparecía. El presidente parecía además con el discurso muy ensayado, pero empezó a hablar a toda velocidad, haciendo difícil entender sus argumentos. Trump, en cambio, repitió sus mensajes simples, directos y apocalípticos, con frecuencia demagógicos o cargados de bulos, pero Biden apenas fue capaz de rebatirlos con eficacia. Además, el expresidente se mostró contenido en las formas, nunca interrumpió a su rival, en parte sabedor de que su micrófono estaría cerrado cuando no era su turno. Eso hizo también que el debate fuera algo aburrido y falto de ritmo.
“Eres un idiota y un perdedor”
El presidente lanzó los ataques más directos contra su rival. Sacó a colación una información —que Trump asegura que es falsa— de que Trump llamó a los caídos en combate en el cementerio de Arlington “idiotas y perdedores”. El presidente recordó que su hijo Beau murió tras prestar servicio en Irak (lo hizo por un tumor cerebral, que Biden atribuye a la exposición a tóxicos en esa etapa). Y dijo: “Mi hijo no es un idiota ni un perdedor. Tú eres un idiota y un perdedor”. Pareció ensayado y no tuvo el efecto de mostrar a un presidente enérgico, que quizá es lo que pretendía, a diferencia del “¿te vas a callar, hombre?”, que tan buen resultado le dio en 2020.
El expresidente entró al cuerpo a cuerpo contra Biden. “Nuestros veteranos no pueden aguantar a este tipo”, dijo. “Es el peor comandante en jefe de nuestra historia”. Reiteró sus tesis de que la invasión de Ucrania y el ataque de Hamás se han producido por culpa de que no respetan a Biden y que no hubiera ocurrido nunca con él. “Si tuviéramos un presidente de verdad, un presidente que supiera que Putin lo respeta, nunca habría invadido Ucrania”, dijo. Criticó con dureza una y otra vez la retirada de las tropas de Afganistán como la situación más “vergonzosa de la historia” vivida por las tropas.
Ante la pregunta de cómo resolver la guerra entre Israel y Hamás, Biden destacó que su Gobierno ya presentó un plan para acabar con el conflicto con un alto al fuego y el regreso de todos los rehenes retenidos en la Franja de Gaza. “Hamás es el único que quiere continuar con esta guerra”, ha señalado el demócrata. “Hamás no puede seguir existiendo. Tienen que ser eliminados”, ha añadido. Trump replicó que Israel es quien quiere seguir con la guerra y que deberían llevarla “hasta el final”. “Déjalos acabar el trabajo. [Biden] se ha vuelto un palestino, pero a los palestinos no les gusta porque es un palestino débil”.
En varios momentos del debate, Trump atacó a Biden con la inmigración. Dijo que los migrantes que llegan ilegalmente al país se alojan en “hoteles de lujo” mientras los veteranos están en la calle, aunque no sea cierto. También reiteró sus bulos de que los inmigrantes llegan de “instituciones mentales” y “manicomios” y que están extendiendo la delincuencia por todo el país.
Cuando le preguntaron a Trump por el asalto al Capitolio, aseguró que no tuvo nada que ver con lo que pasó aquel día en el que una turba de sus seguidores tomó el Congreso. “El 6 de enero teníamos una gran frontera, independencia energética, la tasa de inflación más baja del mundo y nos respetaban en todo el mundo”. Insistió también en la mentira de que se trató de una “protesta pacífica” de patriotas.
Biden volvió a toser al empezar sus dos minutos de conclusiones, parecía que le faltaba el aire, tartamudeó de nuevo y la voz seguía tomada. No colocó ningún mensaje eficaz. Trump volvió a la política exterior, a la inmigración y a sostener que su presidencia fue un éxito.
Más de 1000 periodistas de 170 países siguieron el debate en Atlanta.
El primer debate de las elecciones presidenciales de 2024 se celebra sin público. Pese a ello, ha desatado una enorme expectación para la cobertura sobre el terreno en la sofocante Atlanta de estos días, algo refrescada este jueves por una tormenta. Según los datos que ha dado la CNN, organizadora del debate, en torno a 1.000 periodistas de más de 170 países se han acreditado para cubrir el duelo entre el presidente, Joe Biden, y su antecesor, Donald Trump. La CNN, de acuerdo con el Instituto de Tecnología de Georgia (Georgia Tech), ha habilitado un pabellón polideportivo para los medios de comunicación.
El Hank McCamish Pavilion es el recinto donde juegan el equipo masculino y femenino de baloncesto de la universidad, los Georgia Tech Yellow Jackets, pero fue también la sede de los Atlanta Hawks de la NBA entre 1977 y 1994. En la zona de las gradas se han habilitado mesas a modo de gigantesca zona de prensa y el parqué, por donde Dominique Wilkins hacía sus espectaculares mates, servirá de spin room, la zona por la que desfilarán invitados, expertos y miembros de la campaña de Biden y Trump para dar su opinión sobre el transcurrir del debate. Entre los primeros en pasarse por allí antes del debate han estado el gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp; el de California, el demócrata Gavin Newsom, y el congresista republicano Byron Donalds.
La zona está acordonada por el servicio secreto. Los huéspedes de los hoteles más cercanos a la zona del debate han sido advertidos de que los vehículos no podrán acceder a los mismos entre las 16.00 y las 24.00 horas. Hay que pasar estrictos controles de seguridad para llegar al centro de prensa, aunque el debate como tal se celebra en el plató de un edificio cercano. Algunas de las franquicias de restauración del pabellón abrirán sus puertas para atender a los asistentes. El agua será cortesía de la CNN.
Destacados miembros del Partido Demócrata y del Republicano aparecerán por allí. Trump ha dicho que ya tiene decidido quién le acompañará en la papeleta como candidato a vicepresidente y que estará en Atlanta, así que todos los aspirantes ficharán. Unos y otros tratarán de destacar la actuación de su respectivo líder.
El rector de Georgia Tech es el español Ángel Cabrera. “La logística de tener un debate presidencial en nuestra universidad es enorme. Hay que hacer una coordinación de una cantidad de servicios de seguridad, el servicio secreto de los presidentes, la policía de campus, la policía del Estado, la de la ciudad… Todo el operativo es complejo, pero traer la atención del mundo a Georgia Tech, a nuestra universidad, merece la pena. Ahora es verano y no hay muchos alumnos, pero para los que sí están en el campus, este es el evento político más importante en muchos meses y tenerlo en nuestro campus es un orgullo”, explica a EL PAÍS. Ha sido un trabajo conjunto con la CNN, explica. “Somos vecino de la CNN y hemos tenido siempre una relación muy buena con ellos. Han sido varias semanas de planificación y preparación, pero la ejecución ha sido la última semana. Estoy muy orgulloso de nuestro equipo, tenemos gente muy, muy buena, y da gusto también tener vecinos como la CNN”, añade.
En la ciudad, y en realidad por todo el país, las campañas han organizado fiestas de seguimiento del debate. El presidente se acercará a una de ellas en Atlanta al terminar el duelo con Trump. La campaña de Biden, que ha facilitado los datos, organiza más de 300 fiestas para ver el debate solo esta noche y más de 1.600 eventos adicionales en los Estados decisivos durante la semana. También llevará a cabo actividades dirigidas a segmentos clave, con más de 40 actos programados actualmente para la noche del debate. “Organizaremos actos para los votantes jóvenes, incluida una fiesta virtual estatal para estudiantes universitarios en Michigan, así como para mujeres caribeñas, venezolanos estadounidenses, la comunidad LGTB, miembros locales del Partido Demócrata y otros grupos de forma virtual y en más de 15 Estados”, indica su campaña.
El plató donde se celebrará el debate.JOHN NOWAK/CNN (VIA REUTERS)
Las televisiones han reservado, previo pago, sus espacios a pie de pista para poder hacer entrevistas y retransmitir en directo desde allí. Aunque la CNN produce y retransmite el debate de forma exclusiva, cede la señal para ser emitida de forma simultánea por todos las grandes televisiones. El canal de noticias está en su terreno y se ha asegurado los mejores espacios. Está echando toda la carne en el asador de la que puede ser la emisión más seguida de su historia.
Como moderadores, encargados de elegir las preguntas que plantearán a los candidatos, actuarán Jake Tapper y Dana Bash, dos de sus presentadores estrella. Trump, fiel a su estilo de no aceptar las reglas del juego, ya se ha encargado de poner en duda su imparcialidad: “Debatiré con tres personas, en vez de con una, en vez de con media persona”, dijo en un mitin en Racine (Wisconsin).
Por MIGUEL JIMÉNEZ para El País de España // Imagen principal: Donald Trump y Joe Biden, durante un momento del primer debate presidencial de las elecciones de 2024, en Atlanta, BRIAN SNYDER (REUTERS)
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