El delantero, de 37 años, dio un paso importante en la recuperación de la distensión en el aductor derecho que sufrió ante Chile por la Copa América. De todos modos, el cuerpo técnico seguirá su evolución hasta último momento y definirá el mismo jueves si será de la partida.
Por primera vez desde que sufrió la pequeña distensión en el aductor derecho en la victoria 1-0 ante Chile por la segunda fecha del Grupo A de la Copa América, Lionel Messi entró en contacto con la pelota e intensificó los trabajos físicos. Son señales que alimentan las ilusiones de que el capitán de la selección argentina, de 37 años, pueda jugar el jueves por los cuartos de final de la competencia en Houston ante Ecuador. El entrenamiento fue en el complejo de la Universidad Internacional de Florida, a puertas cerradas, y antes de viajar a la sede del próximo compromiso.
El hecho de que el Diez juegue o no se va a definir durante la jornada del partido; el cuerpo técnico que encabeza Lionel Scaloni lo va a esperar hasta último momento. Está en duda, pero dio un paso adelante en la recuperación. Los médicos dicen que es una evaluación día a día, en coincidencia con el discurso de Walter Samuel, ayudante de campo del Gringo, tras la victoria 2-0 contra Perú.
Después del choque con los incaicos del sábado, una periodista abordó a Messi en la zona mixta cuando se iba del estadio Hard Rock de Miami. Le preguntó si llegaba al jueves, y la Pulga, con una sonrisa, le dijo que sí. La escena refuerza la imagen que el delantero dejó aquella noche en la Florida: cada vez que lo mostraban en pantalla gigante del estadio, se mostró de muy buen semblante, y muchas veces sonriente, al lado de su amigo De Paul. Un optimismo contagioso, más allá de la cautela general.
Pese a firmar planilla como suplente, el ex Barcelona y PSG no pisó el césped en el partido por la tercera fecha del Grupo A. Sin embargo, el capitán del equipo se ubicó en el banco de suplentes, acompañado del plantel en el estadio de Miami. El crack sufrió una molestia en el primer tiempo del encuentro previo contra Chile -que se intensificó tras un golpe de Gabriel Suazo- y, después de realizarse estudios médicos, se confirmó que no presenta una ruptura fibrilar.
Aunque no jugó, fue protagonista y los focos y cámaras lo siguieron a lo largo del choque con los peruanos. A su llegada al estadio, Messi llamó la atención al comentar sobre el clima caluroso de Florida apenas descendió del micro, en que el disfrutaba del aire acondicionado. “Fuá, qué calor”, dijo el delantero, pese a vivir en la ciudad como jugador del Inter Miami. Durante el cotejo, la temperatura alcanzó los 32 grados, lo que hizo que la reacción del astro argentino fuera tema de conversación entre los presentes.
Desde el banco de suplentes, Messi estuvo activo y concentrado, siendo el centro de atención de los fotógrafos y del público, que lo ovacionó cuando apareció en la pantalla gigante del estadio. Paralelamente, el técnico Lionel Scaloni observó el compromiso desde un palco, cumpliendo una suspensión impuesta por la Conmebol debido a un retraso del equipo al ingresar al campo en encuentros anteriores.
El primer gol que abrió el triunfo por 2-0, anotado por Lautaro Martínez -también rubricó el segundo-, fue dedicado a Messi, quien recibió el homenaje de su compañero de equipo. Rodrigo de Paul y Leandro Paredes también estuvieron cerca del capitán durante todo el proceso, reflejando la unión del grupo a pesar de la ausencia temporal de su líder en el campo de juego.
(Por Gustavo Yarroch para Infobae // Imagen: Messi y De Paul, en el banco de suplentes de Argentina ante Perú (Nathan Ray Seebeck-USA TODAY Sports)
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