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Renace el Laborismo en Gran Bretaña

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Renace el Laborismo en Gran Bretaña

El abogado y diputado Starmer, de 61 años, asegura que en el corto plazo no podrá resolver todos los problemas que enfrenta el país; los boca de urna le dan a su partido una cómoda mayoría de 410 bancas de las 650 de la Cámara de los Comunes.

PARIS.- Keir Starmer, el hombre de origen modesto que entró en política tardíamente después de una brillante carrera de abogado, está a punto de convertirse en el próximo primer ministro británico en las elecciones legislativas del 4 de julio. No obstante, para los observadores y los medios de comunicación, tanto de derecha como de izquierda, el líder de los laboristas de 61 años, que recentró su partido tras el radicalismo de Jeremy Corbyn, es un verdadero enigma.

“Soy candidato a primer ministro. No a director de un circo”. Cabello gris, traje gris, corbata gris, Keir Starmer no optó por la excentricidad cuando presentó a mediados de junio, con esa provocadora advertencia, su programa electoral en el Co-op Live de Manchester, en el noroeste de Inglaterra. En una entrevista con el periódico Financial Times, el líder laborista se presentó como la encarnación de una “esperanza razonable”.

Starmer durante un acto partidario

Starmer durante un acto partidarioJon Super – AP

Cuando pronunció esa frase asesina, Starmer sabía bien a qué se refería: jugada de póker fallida sobre el Brexit de David Cameron, extravagancias de Boris Johnson, paso fugaz de Liz Truss (49 días en el gobierno), errores a repetición de Rishi Sunak… Los británicos tienen la sensación de que los conservadores ya no son capaces de dirigir el país. Y con Starmer, sus esperanzas vuelven a nacer.

“La transformación del laborismo con Sir Keir es remarcable”, afirma The Economist. El influyente semanario liberal recuerda que “durante las últimas elecciones de 2019, dirigidos por Jeremy Corbyn, el laborismo ganó apenas 202 bancas, su peor escore desde 1935″.

Hoy, Starmer está a punto de ofrecer a los laboristas una mayoría colosal, reduciendo a la nada al Partido Conservador en el poder desde hace 14 años. Según los sondeos, el laborismo podría obtener 456 bancas de las 650 de la Cámara de los Comunes.

“Arrancó el laborismo de las garras de la extrema izquierda”, reconoce el periódico de derecha Daily Mail. Es verdad. Cuando se convirtió en el jefe del laborismo, en abril de 2020, Starmer hizo tabula rasa de los años de su predecesor: un Corbyn divisivo, radical y muy criticado por su gestión del antisemitismo.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, y el líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, izquierda, participan en el debate sobre primeros ministros de la BBC, en Nottingham, Inglaterra, el miércoles 26 de junio de 2024.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, y el líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, izquierda, participan en el debate sobre primeros ministros de la BBC, en Nottingham, Inglaterra, el miércoles 26 de junio de 2024.Phil Noble – Reuters Pool

“Era el Jean-Luc Melenchon británico”, analiza Denis MacShane, ex ministro para Europa de Tony Blair.

Con frecuencia objeto de burla de la prensa por su voz nasal y su rigidez corporal, Starmer, que nació en Londres en 1962, sería “el líder más ‘obrero’” del Partido Laborista desde hace una generación. Y también el primero en la historia del laborismo en tener el prefijo “Sir” agregado a su nombre antes de obtener el puesto de primer ministro.

Padre obrero distante, madre enfermera gravemente enferma, Sir Keir pertenece a una modesta familia originaria de Essex, una región del este de Inglaterra. Único hijo que pudo estudiar —contrariamente a sus tres hermanos y hermanas—, se llama Keir en honor a James Keir Hardie, primer laborista elegido en la Cámara de los Comunes en 1900.

Según sus biógrafos, Starmer flirteó en su juventud con los movimientos trotskistas y antimonárquicos y entró en la política tardíamente. Diplomado en derecho en las universidades de Leeds y de Oxford, fue un brillante abogado especializado en derechos humanos, consejero de la policía en Irlanda del Norte durante la guerra civil y procurador general del Reino Unido de 2008 a 2013, actividad que le valió ser ennoblecido en 2014 por la reina Isabel II, aunque raramente utiliza su título de “Sir”. En honor a aquellos años, aparece en la película de Ken Loach sobre el caso McLibel, que opuso a militantes ecologistas —que él defendía— a la firma McDonald’s.

El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, hace gestos mientras habla con sus seguidores durante una parada de campaña electoral en un pub cerca de Milton Keynes, Inglaterra, el lunes 1 de julio de 2024.

El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer, hace gestos mientras habla con sus seguidores durante una parada de campaña electoral en un pub cerca de Milton Keynes, Inglaterra, el lunes 1 de julio de 2024.Kin Cheung – AP Pool

Raros eran, en todo caso, quienes veían un futuro jefe de gobierno en ese ex abogado cuando sucedió a comienzos de 2020 a Corbyn como líder de un partido que venía de sufrir la peor debacle electoral de su historia. Austero, poco carismático, demasiado centrista para una parte de la base militante, con frecuencia asimilado a una elite londinense proeuropea desconectada de las clases populares y que había votado en contra del Brexit… las razones para el escepticismo no faltaban. Cuatro años después, el diputado evitó la anunciada explosión de su partido, recentrándolo sin ningún escrúpulo con aquellos que se negaban a obedecer.

“Keir es muy minucioso, muy trabajador, muy concentrado en los expedientes”, reconoce el abogado Gavin Millar, uno de sus mejores amigos.

Concentrado y cortés. Con una eterna sonrisa discreta y enigmática que lo acompañó durante toda la campaña, sobre todo en los estudios de televisión. Una contención ni siquiera turbada recientemente, cuando una mujer, miembro del público, le lanzó: “Usted parece un robot político. ¿Cómo hará para convencer a aquellos que tienen la misma impresión que yo de votarlo?”. Sin inmutarse, ese padre de dos hijos adolescentes prefiere invocar sus orígenes modestos.

El líder laborista británico Keir Starmer durante una visita a la compañía Berry's Builders Merchants, en Lancashire, habla a los empleados de la empresa

El líder laborista británico Keir Starmer durante una visita a la compañía Berry’s Builders Merchants, en Lancashire, habla a los empleados de la empresaPeter Byrne – PA

“Cuando uno nace sin privilegios, no le da la espalda a los problemas sin resolverlos. Y tampoco cede frente a los instintos de las organizaciones que rechazan el cambio”, suele responder. Su mantra: “El país primero y el partido después”.

Fanático de Arsenal, se lo vio el 19 de mayo ahogar su tristeza en una pinta de cerveza en el Landseer Arms, un pub de Londres: el club de fútbol de la capital acababa de perder el primer puesto del campeonato de la Premier League. En todo caso, durante esta campaña, el job de ese líder fuera de lo común consistió esencialmente en evitar los pasos en falso, como lo hiciera Tony Blair en 1997, el año de la victoria histórica de los laboristas.

Estas legislativas estaban previstas para enero de 2025. Pero Rishi Sunak sorprendió a todo el mundo avanzando el calendario para este jueves 4 de julio. Pánico, cólera de los diputados, campaña improvisada, problemas con las vacaciones escolares… Los parecidos con Francia, sin embargo, terminan ahí. Los británicos parecen haber aprendido la lección después de las consecuencias dramáticas del Brexit para el país: el partido populista anti-inmigración Reform UK, dirigido por Nigel Farage, podría obtener algunas bancas. Pero, según los sondeos, en vez de llegar primero como la Reunión Nacional (RN) de Marine Le Pen del otro lado de La Mancha, le espera una dura derrota.

En un país devastado por el Brexit, marcado por la pobreza y con unos servicios públicos casi inexistentes, sobre todo el NHS (servicio de salud), Starmer ya advirtió que no podrá resolver todo. Quiere invertir en las industrias del futuro, las energías verdes, las infraestructuras, desbloquear decenas de miles de citas médicas, emplear 6500 profesores y restablecer el IVA para las escuelas privadas.

Una tarea ciclópea, acompañada de una sincera confesión que repite cada vez que se presenta la ocasión: “No tendremos la varita mágica”.

(Por Luisa Corradini para La Nación // Imagen principal: El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, llega a una visita al centro de eventos West Regwm Farm en Whitland, Carmarthenshire, durante la campaña electoral general, en Gales, el miércoles 3 de julio de 2024Stefan Rousseau – PA)

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