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Wimbledon fue para el «fenómeno Alcaraz»

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Wimbledon fue para el «fenómeno Alcaraz»

Carlos Alcaraz venció a Djokovic en tres set corridos en el All England y conquistó su cuarto Grand Slam.

Carlos Alcaraz es uno de esos fenómenos que florecen cada veinte años. El tenista nacido en un sosegado pueblo murciano de 23.000 habitantes es un prodigio dispuesto a reescribir la historia. El “Niño Maravilla”, como se lo apodó ni bien surgió en los courts grandes, todavía con marcas de acné en el rostro, hoy tiene apenas 21 años, pero ya zapatea sobre los escenarios como veterano. Durante 20 años, el circuito se maravilló con el Big 3, un grupo de superhéroes con raqueta (Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic) que corrieron los límites y llevaron las estadísticas a niveles cinematográficos. Después de ellos, el vacío (deportivo, emocional) parecía inevitable. Sin embargo, Alcaraz sacude todo y empieza a romper barreras que parecían realmente insuperables.

Wimbledon, el torneo más prestigioso del tour, convocó a los mismos finalistas masculinos del año pasado, Carlitos y Nole, que buscaba su 25° título de Grand Slam. El desenlace fue el mismo de 2023, pero el espectáculo fue surrealista. El desarrollo del triunfo del español sobre el serbio por 6-2, 6-2 y 7-6 (7-4), en dos horas y 26 minutos, fue un mazazo a lo conocido. Hay que hacer demasiado esfuerzo para recordar a Djokovic sufrir semejante superioridad rival, sobre todo en una final grande. “Es escandaloso cómo cambió el chip después de ganar Roland Garros para llegar a otra final en Wimbledon”, había sentenciado Juan Carlos Ferrero, el Mosquito, ex número 1 del mundo y entrenador de Carlitos. Fue escandaloso, también, el nivel que derramó el actual N° 3 sobre el césped británico. Cuatro finales de Grand Slam jugadas por Alcaraz (una del US Open, otra del Abierto de Francia y dos en el All England), cuatro ganadas; efectividad del 100%. En la Era Abierta, sólo Boris Becker y Björn Borg habían ganado más de un trofeo individual de Wimbledon a los 21 años o antes.

El drive a la carrera de Carlos Alcaraz maravilló en Wimbledon

El drive a la carrera de Carlos Alcaraz maravilló en Wimbledon@Wimbledon

La diferencia de edad entre Djokovic y Alcaraz (15 años y 348 días), el desgaste de sus cuerpos al final del camino londinense, más el asterisco puesto en el balcánico por el estado de la rodilla derecha (después de Roland Garros entró en un quirófano para una reparación de meniscos y jugó en Wimbledon con una rodillera), fueron aspectos tomados en cuenta para el análisis previo a la definición. Carlitos ganó el sorteo, eligió “recibir” y Nole terminó padeciendo el primer game del match: se jugaron 19 puntos, se prolongó durante 14 minutos y el más joven rompió el saque del más veterano en el quinto break point. Desde la primera pelota el español le hizo sentir el rigor a su legendario rival. Fue una advertencia de lo que vendría: a partir de allí todo viajó en una misma dirección. El juego de Carlitos fue demasiado explosivo y veloz para Nole; éste, abrumado y exigido hasta el extremo, no lograba recuperar el aliento. Todo lo que intentaba… volvía con una calidad superior. Ni siquiera con el revés (uno de los mejores de todos los tiempos) podía hacer daño. Sin resolución, Djokovic buscó nuevos caminos: cerrar los puntos en la red fue uno, pero se mostró errático (en un momento llegó a tener sólo un 30% de efectividad con las voleas).

Novak Djokovic, en su décima final en Wimbledon, no pudo obtener su octavo trofeo en el All England

Novak Djokovic, en su décima final en Wimbledon, no pudo obtener su octavo trofeo en el All EnglandANDREJ ISAKOVIC – AFP

Después de que la lluvia traumara la programación durante más de diez días en Wimbledon, el domingo se presentó sin problemas meteorológicos, con un clima agradable y, por ende, el techo retráctil del centre court abierto y el sol iluminando la sonrisa fresca de Alcaraz. El segundo set comenzó de la misma manera que el primero, con Carlitos sin retroceder un metro, quebrándole el servicio al serbio, actual número 2 del ranking. El nacido en El Palmar aceleró, siguió volando sobre el court y hasta perfeccionó su porcentaje de puntos ganados con el primer saque (86%); también incorporó el drop-shot a su abanico creativo. Djokovic sostuvo el servicio en el arranque del tercer set, el público intentó animarlo cuando Alcaraz sacó 0-1 y 0-30; Nole, en su décima final en el All England, tuvo en su mano una volea sencilla para colocarse 15-40 (con dos chances de quiebre), pero la falló (otra vez) y Carlitos, con “cabeza, corazón y cojones”, la filosofía de vida que le enseñó su abuelo, terminaría llevándose el game (1-1). En aquel error de Novak se esfumó una gran oportunidad para reaccionar, al menos en el aspecto anímico.

Cambio de época: Carlos Alcaraz, el campeón de Wimbledon, y Novak Djokovic, que a los 37 años es el jugador con más Grand Slams (24)

Cambio de época: Carlos Alcaraz, el campeón de Wimbledon, y Novak Djokovic, que a los 37 años es el jugador con más Grand Slams (24)Alberto Pezzali – AP

Es verdad que a Alcaraz le pesó un poco el cierre del partido (tenso, sacó 5-4 y 40-0, dejó escapar tres puntos de campeonato y Djokovic, un león herido en el orgullo, estiró la película hasta el tie-break), pero el destino ya estaba escrito. Difícilmente se le podía escapar el trofeo dorado al español. Su dominio era arrollador. Lo presentían los miles de espectadores “comunes” que poblaron las butacas de la Catedral; lo sabían las numerosas leyendas del tenis en el palco real, como Andre Agassi, Rod Laver, Chris Evert, Stefan Edberg y Lleyton Hewitt, entre otras. También Kate Middleton, la princesa de Gales, en su segunda aparición pública desde la confirmación de su diagnóstico de cáncer, fue una de las personalidades presentes. Ya no había vuelta atrás en el court. Y, al final, Alcaraz pudo terminar su obra maestra en el cuarto match point.

Carlos Alcaraz celebrando el título en el balcón del Centre Court de Wimbledon, ante una multitud

Carlos Alcaraz celebrando el título en el balcón del Centre Court de Wimbledon, ante una multitudBEN STANSALL – AFP

“Me he sentido inferior. Carlos ha sido mejor que yo en todos los tiros”, dijo, resignado, Djokovic. Competitivo como pocos, buscaba un título grande más para quedar, al menos en los números, por encima de la australiana Margaret Court (ganadora de 24 Grand Slams entre 1960 y 1973). Un éxito ante Alcaraz le hubiera permitido igualar uno de los pocos récords que todavía posee Federer: el de ocho trofeos en singles en Wimbledon. “Carlos lo hizo increíble… Lo intenté, salvé esas tres pelotas de partido y alargué un poco la final, pero no fue suficiente. Fue un gran campeón… un campeón increíble”, reconoció Nole, que difícilmente tirará la toalla. Con 37 años, ya sabe cuál será su próxima meta: intentar ganar la medalla olímpica dorada en París 2024, desde el 27 de este mes y hasta el 4 de agosto, en los courts de Roland Garros (el oro en singles de los Juegos Olímpicos es lo único que no luce en su rica vitrina).

Son tiempos de cambio. El italiano Jannik Sinner, actual número 1, ganó el primer grande del año, en Australia; Alcaraz obtuvo los majors en el polvo de ladrillo de París y el emblemático césped de Londres. La última vez que los primeros tres Grand Slams de un mismo año no habían sido logrados por Federer, Nadal ni Djokovic había sido en 2002, cuando Thomas Johansson se coronó en Melbourne, Albert Costa en Roland Garros y Hewitt en Wimbledon. Finalmente, soplan otros vientos. “En una entrevista, cuando tenía once o doce años, dije que mi sueño era ganar Wimbledon, así que estoy cumpliendo de nuevo mi sueño”, expresó, simpático, Alcaraz. Tiene ángel Carlitos. Contagia, impone, encandila, moviliza. Muchos expertos decían que el tenis moderno no estaba hecho para creativos y que el músculo era más valioso que la inventiva. Pero… Alcaraz quemó los nuevos manuales. Tiene todo, en velocidad y cámara lenta. Y regala sonrisas. Va por todo. ¿Cuál será su futuro? Difícil saberlo con certezas. Pero, a este ritmo, lo único claro es que marcará una época.

(Imagen principal: La celebración de una obra maestra en Wimbledon: el español Carlos Alcaraz venció al serbio Novak Djokovic y logró su cuarto título de Grand SlamAlberto Pezzali – AP // Por Sebastíán Torok para La Nación)

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