Inicio Deportes Las dos caras nuevas de la selección juvenil

Las dos caras nuevas de la selección juvenil

0
Las dos caras nuevas de la selección juvenil

“Efecto Garnacho”: Nacieron en Palma de Mallorca y sus raíces argentinas están vinculadas a Mar del Plata y Córdoba.

En el universo de la selección argentina todos están enfocados en encontrar las piezas necesarias para sostener el proyecto, mantener el estatus y edificar desde las bases los talentos que pretenden tener disponibles a la hora de conformar los equipos más competitivos. Por eso los radares están encendidos para no perder piezas en el camino. La captación de Alejandro Garnacho resultó la punta de lanza, porque fue un plan perfectamente trazado para evitar que España, se quede con el delantero de Manchester United y así poder sumarlo al plantel de los campeones del mundo. Y esa tendencia no se detiene. Ahora llegó el turno de Gabriel Rodríguez y Alexander Woiski.

La búsqueda de juveniles “europeos” comenzó hace varios años en la AFA. Haber perdido jugadores en otros tiempos alertó a la selección, que desde 2020 tiene su Departamento de Scouting. La investigación no sólo tiene en cuenta a los jóvenes jugadores que se van a Europa tentado por ofertas laborales, sino que indaga en las raíces de cada futbolista. Un pasaporte argentino entre los padres del talento es suficiente para que se lo siga y, en el caso de considerarlo valioso, se lo convoque.

Cuando Bernardo Romeo asumió como Coordinador de las selecciones juveniles de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en enero de 2020, en su cabeza ya tenía el plan para que los futbolistas más prometedores que están dispersos por el mundo no se escaparan del radar ni fueran tentados con representar a otro país por eso el objetivo fue abrir un Departamento de Scouting en Europa.

Alejandro Garnacho, fue un caso significativo de la captación de talentos con algún arraigo argentinoAlejandro Garnacho, fue un caso significativo de la captación de talentos con algún arraigo argentinoX @DeportesAlTacok

Unos meses después convocó a Juan Martín Tassi, con quien coincidió en Quilmes entre 2011 y 2012, uno como delantero y el otro como preparador físico del plantel profesional. Tassi es un estudioso del arte formativo, ya que tiene un máster en Alto Rendimiento Deportivo, cursado en la Universidad de Pablo de Olavide (Sevilla), un doctorado en Ciencias del Deporte por la Universidad de Extremadura y tiene en su currículum la preparación física de planteles profesionales en Quilmes y San Lorenzo.

Los primeros movimientos que se registraron tras estas estrategias de captación de talentos, se vio con Nicolás Paz, por ejemplo, que nació en Santa Cruz de Tenerife, en España. Es hijo de Pablo, que jugó en la selección en el ciclo de Daniel Passarella, y se desempeñaba allí cuando nació Nicolás. El chico, de 19 años, tiene nacionalidad española y se formó deportivamente en ese país, pero un fuerte vínculo con el fútbol de la Argentina.

Ahora bien, el paso más significativo lo dieron con Alejandro Garnacho, que no tenía vinculación alguna con el fútbol de la Argentina. Su padre es español y su mamá, Patricia Ferreyra Fernández. La madre del delantero nació en Argentina y allí vivió toda su vida, hasta que en un viaje a Madrid conoció a Alex Garnacho, con quien se casó y tuvo dos hijos: Alejandro y Rober. El mayor de ellos comenzó a jugar al fútbol en la Escuela Municipal de Arroyomolinos, hasta que en 2015 fue fichado por el Atlético de Madrid. En el Colchonero se formó hasta 2020, cuando Manchester United lo compró por 500 mil euros a fin de potenciar su equipo juvenil. Desde entonces, se convirtió en un objetivo de la selección argentina.

En esa línea que puede definirse como el “efecto Garnacho” surgieron más novedades en el último tiempo. Porque el trabajo de captación de talentos no se detuvo, porque no quieren perder la pulseada con otras selecciones europeas que realizar tareas idénticas. Específicamente quedaron bajo el radar dos jugadores de Mallorca: Gabriel Rodríguez y Alexander Woiski. Tanto que ambos son parte de la selección Sub 20 de argentina en el torneo de L’Alcudia y debutaron en el triunfo por 1 a 0 sobre ADH Brasil (Associação Desportiva Hidrolandense de Goias).

Alexander Woiski después de haber sido descubierto a los siete años por los captadores de talentos de Mallorca, se integró a las categorías infantiles del club de las Islas Baleares y rápidamente se destacó por su capacidad goleadora. Su desempeño llamó la atención de Juan Martín Tassi, quien lo recomendó a las selecciones juveniles de la albiceleste.

Woiski, nació el 17 de marzo de 2006 en Palma de Mallorca, Alex es hijo de Ronnie Woiski, un representante de futbolistas español, y Laura Pioletti, una argentina oriunda de Mar del Plata. Desde pequeño, ha mantenido un fuerte vínculo con la tierra de su madre, visitando frecuentemente a su familia en la ciudad balnearia, donde su abuelo Moisés dejó una marca en el fútbol local, ya que jugó en Ministerio de Obras Públicas de MDQ antes de probarse en el Talleres de la ciudad balnearia.

Además, es el máximo goleador de la División de Honor con 16 tantos, metió cuatro goles en cinco partidos en la Copa del Rey y su voracidad ofensiva provocó que algunos lo comparen con el caso de Garnacho. El delantero tiene un año más de contrato con Mallorca y son varios los equipos que lo están siguiendo. Ya había jugado en el Sub 20 de Mascherano, en un partido amistoso contra los Estados Unidos.

También la recomendación de Gabriel Rodríguez, que es zaguero central, llegó de la mano de Tassi. El defensor, que nació el 1 de enero de 2005 en Palma de Mallorca, es hijo de Ernesto Rodríguez, jugador de voleibol que integró la selección española que participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y Sidney 2000. Ernesto, nació en Córdoba, el 15 de enero de 1969 y siempre le inculcó a sus hijos la cultura argentina. Ya que llegó a España muy pequeño, realizó toda su carrera como jugador profesional de voleibol y se casó con Marga Giménez, con quien tienen dos hijos: Adrián y Gabriel.

Adrián es el mayor, tiene 23 años, y es arquero. Se formó en Real Madrid y hace un año emigró del equipo merengue y acordó un vínculo con Alavés. Gabriel, que mide 1.92 metro, que quedó bajo la órbita de la selección argentina, nació el 1 de enero de 2005 y es una de las joyas de Mallorca. “Por gente que está vinculada a la AFA. En Europa tienen una especie de ojeadores, gente relacionada que manda información sobre jugadores que puedan tener la doble nacionalidad y que estén jugando por aquí. Hace un año se pusieron en contacto con nosotros, nos dijeron que le estaban siguiendo y que había una posibilidad”, le dijo Ernesto a Mundo Deportivo, de España.

Y cuando le consultaron al padre de Gabriel si había alguna chance de ver a su hijo con la selección española, respondió: “Yo creo que es algo personal. Dentro de una familia siempre hay diferente tipo de opiniones y creo que, en su caso, a mí me costaría verlo con la selección española. No es que lo podamos descartar, pero he visto cómo ha sido su evolución desde pequeño y lleva los colores de argentina muy adentro”.

Dos nuevos talentos para la selección argentina que potencian el futuro, que están bajo la lupa de Diego Placente, pero que se trata de una búsqueda estudiada y calculada en la que el campeón del mundo no quiere que se le pierda ninguna joya de la corona.

(Imagen principal: Alexander Woiski y Gabriel Rodríguez, los chicos nacido en Palma de Mallorca, con raíces argentinas que están con el equipo de Diego Placente en la selección Sub 20 de Argentina en el torneo de L’Alcudia)

ADNbaires