El conjunto argentino perdió 26-14 pese a la gran remontada, en medio de un clima áspero, como sucedió a lo largo de los dos días de competencia.
Si lo sucedido en los anteriores partidos, y sobre todo en la caída ante Australia por la fase de grupos, había sido hostil, todo se multiplicó para los Pumas 7s en el duelo por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos. Es que enfrentó a Francia, el local, y el público hizo sentir su efervescencia desde la salida al campo de juego, cuando una estruendosa silbatina se impuso como única música.
Ante Kenia, Samoa y los Wallabies se habían escuchado los silbidos, la reprobación del himno nacional y el festejo irónico de los puntos que les convertía el rival de turno. Aquí, en el mano a mano, se intensificó notoriamente. Ni que hablar cuando la resistencia del conjunto dirigido por Santiago Gómez Cora declinó a partir del primer try de Andy Timo. Esa conquista fue la más festejada, incluso por el autor, quien gritó de cara a las tribunas, se golpeó el pecho y señaló el césped con vehemencia, y en los movimientos terminó impactando con su brazo en la humanidad de Santiago Osadczuk, quien no reaccionó.
Luego, con el despertar de Argentina en la segunda parte, el fervor se aplacó. La Albiceleste llegó a ponerse 21-14, a un try y conversión de la igualdad. Pero Francia soportó el embate y terminó ampliando la distancia en la última jugada, venciendo 26-14 y logrando un lugar en las semifinales para pelear por la medalla, y enviando a su adversario a disputar un lugar entre el quinto y el octavo puesto. Con hidalguía y pese a la atmósfera, Los Pumas, que vivieron un año de ensueño en cuanto a rendimiento y resultados, aceptaron el golpe y saludaron uno a uno a sus rivales.
El tropiezo no invalida todo lo bueno que hizo el seleccionado de seven en el año. Después de un inicio fantástico con el subcampeonato en la primera etapa de Dubai en el circuito mundial, Los Pumas se coronaron en las siguientes tres ediciones del World Rugby Seven Series Cape Town y en Perth tras superar a Australia, mientras que en el torneo de Vancouver superaron a Nueva Zelanda para lograr tres consagraciones consecutivas.
“Cuanto más grande la ilusión, la caída es más dura. El rugby está en una cita olímpica y llenar estadios es un esfuerzo muy grnde, es un aprendizaje que cuando sos candidato es más difícil, pesa más la pelota y hay que aprender de eso”, se tomó con madurez la coyuntura Santiago Gómez Cora, el coach.
“Fue una temporada larga y llegamos tocados a un Juego Olímpico, que es lo más importante. Somos nuevos, tenemos una medalla encima, fuimos candidatos. Luego, se gana y se pierde, duele un montón. Hay que aprender a jugar estas instancias”, concluyó.
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