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¿Se viene un nuevo «volantazo» en AFA?

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¿Se viene un nuevo «volantazo» en AFA?

Los detalles del nuevo campeonato de primera división que analiza la AFA y que llevaría a 30 el número de equipos.

El fútbol argentino tiene su propio día de la marmota. Porque, pasado un tiempo, las historias se repiten. Si en octubre pasado la Asamblea de la AFA aprobaba por unanimidad la reforma de los torneos de primera y la eliminación de uno de los descensos, apenas diez meses más tarde la administración que encabeza Claudio “Chiqui” Tapia vuelve a insistir con un nuevo diseño para la Liga Profesional. El modus operandi se repite: un documento enviado desde la casa matriz a algunos dirigentes -no todos- contiene los lineamientos del plan que, según descuentan, será aprobado sin oposición explícita. Por tanto, ni siquiera hace falta que lo conozcan los 28 equipos de la máxima categoría. O los de la Primera Nacional, cuyos dos ascensos para este año están confirmados. Al menos, por ahora. La (in)seguridad jurídica de la AFA borronea las certezas.

Los directivos con línea directa al edificio de la calle Viamonte y al predio de Ezeiza están acostumbrados. En la “gestión Tapia” se resuelve mucho más por WhatsApp que cara a cara. La “rosca” también se actualizó y ahora es 2.0. Audios. Llamados. Y hasta documentos en formato PDF. En uno de ellos, de cinco páginas, los directivos de los clubes recibieron en estos días el punteo de la idea. Son 10 ítems, con el peso específico que ese número encierra para el fútbol argentino. Y una frase: “Las 10 (en negrita, para que se sepa) razones que justifican el lanzamiento de esta evolución en el fútbol argentino”.

El documento, que boceta el formato del nuevo torneo en su última carilla, tiene la misma tipografía que otros, mandados en los últimos años con fines específicos: la muerte de la Superliga y su absorción en la AFA o la suspensión de los descensos de 2023. Todo apunta al mismo cerebro. Porque, además, el primero de los argumentos esgrimidos en el texto fue propalado varias veces desde la casa madre del fútbol argentino: parecerse a la Conmebol y a la FIFA, que aumenta la cantidad de equipos participantes en sus competencias para ampliar el universo del fútbol. Dice el documento: “Ambas instituciones vienen pregonando y mostrando, año a año, que el producto fútbol es el deporte más consumido a nivel mundial. Por ende, multiplican este producto año a año agregando más partidos, ya sea a partir de competencias más extensas, más cantidad de equipos (…)”. Una paradoja: el nuevo formato, la mentada “revolución” que proponen en la AFA, ofrecerá en 2025 menos partidos que en este 2024 de Copa de la Liga y Liga Profesional, como se verá más adelante.

Es fácil encontrar a los beneficiados de esta movida. La tabla anual 2024 ofrece algunas respuestas: Central Córdoba (Santiago del Estero) ocupa el último puesto, resaltado en rojo. Con descensos, sería gran candidato a bajar. Sin embargo, la provincia gobernada por Gerardo Zamora, un radical aliado del kirchnerismo, tiene fluidos lazos con la AFA. Y el estadio Madre de Ciudades, construido por la administración local, recibió tanto a la selección argentina como a la final de la última Copa de la Liga 2024 entre Vélez y Estudiantes de La Plata. Un puesto más arriba, aparece Tigre, el histórico club que presidió Sergio Massa, último candidato a presidente de Unión por la Patria. La AFA jugó abiertamente para él una vez que su oponente, Javier Milei, ventiló su intención de abrir el fútbol a los capitales privados.

Apertura, Clausura, interzonales y clásicos
Según el proyecto, que lleva el pomposo título de “La liga de los campeones del mundo”, en el primer semestre de 2025 los 30 equipos de primera jugarían el Torneo Apertura y, en el segundo, el Clausura. Habría dos zonas de 15 clubes, se jugarían 13 fechas “normales”, una de clásicos y una interzonal por fin de semana, por sorteo, entre los equipos que queden libres en cada grupo.

Luego, otro cambio: octavos de final -hasta acá, la Copa de la Liga empezaba sus playoffs en cuartos de final-, cuartos, semi y final. El primero y el segundo de cada llave se clasificarán directo a los cuartos de final. Todas las instancias eliminatorias o mata-mata se disputarían en escenarios neutrales para satisfacer otro de los objetivos “revolucionarios”: la federalización. “Es clave para incrementar la asociación de simpatizantes el poder llevar el fútbol a lugares geográficos de la Argentina que hoy no pueden contar con equipos de primera división”. Traducido: la Liga Profesional podrá vender la organización de los partidos decisivos a quien quiera, como ocurrió en la última Copa de la Liga. Un absurdo: los hinchas de Vélez y Argentinos Juniors, casi vecinos en Capital Federal, debieron hacer cerca de 600 kilómetros (ida y vuelta) para ver la semifinal del torneo ¡en San Nicolás! Si el nuevo plan se aprueba, esto seguirá pasando. Aunque los hinchas pataleen y se quejen, como ocurrió con los del Fortín y del Bicho.

Más datos: el pretendido aumento en la cantidad de partidos -una de las premisas de la “revolución”- no se cumplirá en caso de aprobarse el proyecto. Basta con hacer un par de comparaciones. Los equipos que menos juegan en la temporada actual son aquellos que no se clasificaron a los playoffs de la pasada Copa de la Liga (14 fechas). A ese número hay que sumarle los 27 encuentros de la Liga Profesional, el torneo de la segunda parte del año en curso. Total: 41 partidos como mínimo. Pues bien, el conjunto que no acceda siquiera a los octavos de final de los nuevos-viejos Apertura y Clausura en 2025 apenas habrá disputado ¡30 encuentros! en la temporada. Sus socios e hinchas tendrán 11 cotejos menos en relación con la temporada 2024, un 27% menos.

La misma comparación vale para quienes más jueguen: los finalistas de la Copa de la Liga 2024 habrán disputado este año 44 encuentros (17 de la Copa de la Liga y 27 de la Liga Profesional). El caso extremo de máxima cantidad de encuentros en la próxima temporada implica que se repitan los finalistas de Apertura y Clausura. En ese escenario, nadie podrá jugar más que esos dos equipos, cuyo total de partidos será de 38 (19 partidos en cada uno de los torneos). Lo revolucionario, entonces, es disminuir la cantidad de partidos. A contramano de la FIFA y la Conmebol.

La hoja de ruta para la aprobación
“Se va a hacer. Detrás de ese documento hay un trabajo técnico importante. La gente que se encarga de los torneos está convencida de que esto genera mayor competitividad y la chance de tener más ingresos. Hay fundamentos específicos para cambiar”, le dice a LA NACION un dirigente que suele estar en la cocina de estas modificaciones. “Sí, para mí es lo que se viene”, aporta otro presidente de primera división. Ambos están al tanto del tema. Saben de qué se trata y cómo se propulsó. Pero no todos los directivos pueden decir lo mismo: al menos cuatro instituciones consultadas por este diario se enteraron del asunto “por los medios” y supieron que algo pasaba cuando su teléfono replicó las notas de prensa sobre el tema. Hasta ese momento, ni siquiera los consultaron.

“Nadie se opondrá en público ni votará en contra, por más que consideren a esta propuesta como un mamarracho”, evalúa otro hombre del fútbol que se enteró el miércoles por la tarde de esta “revolución”. Es fácil asumir que River y Talleres de Córdoba, por sus posturas públicas sobre el formato actual de los torneos, no enarbolarán la bandera del cambio. Pero quienes impulsan el proyecto en la AFA dan por hecho que las manitos levantadas aparecerán, tanto en el Comité Ejecutivo como en la Asamblea, el órgano que debe certificar las modificaciones reglamentarias. Y, entonces, los postulados del documento de cinco páginas se harán realidad. Los que dan por hecha la aprobación saben que ningún club -por más grande que sea- tiene un poder de fuego equiparable al de la AFA como para hacer oposición. Desde las oficinas de Viamonte pueden retrasar pagos en dólares de la Conmebol o demorarse en firmar un pase, por citar dos de las herramientas que tiene la casa matriz para “aleccionar” a los díscolos. Y sin mencionar, siquiera, el tema de los arbitrajes.

La reforma, atada a los resultados en París
“Nada de nada, no está en discusión”. Ese fue el mensaje que mandaron desde París, cerca de Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA. El máximo dirigente del fútbol argentino estuvo demasiado atareado en las últimas semanas: la Copa América en Estados Unidos, primero, y los Juegos Olímpicos en la Ciudad Luz, ahora. Abandonó la rosca dirigencial para dedicarse full-time a la selección, el mayor caso de éxito de toda su gestión. En las oficinas de la Liga Profesional, por lo pronto, no hay certeza sobre cuándo podría ser la próxima reunión del comité ejecutivo. Sólo se sabe que no se resolverá nada mientras el “comandante” -sobrenombre de Tapia- siga en tierras francesas. En resumen, la aprobación de los cambios en el torneo de primera está atada a la suerte del equipo dirigido por Javier Mascherano en París 2024. “Hay que esperar a que vuelva”, aseguran en la liga.

Tapia sabe como nadie que es mirado con lupa en la Casa Rosada. Y que en Balcarce 50 se guían por el humor social a través de las redes. El termómetro tras la difusión del proyecto de reforma no lo favorece. Tal vez por eso les haya pedido a los suyos desmarcarse. Sabe, además, que la AFA tiene un frente abierto con el gobierno: las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). ¿Tendrán alguna correlación el torneo de 30 con las SAD? “Al Gobierno no le interesa la Liga Profesional”, asegura a LA NACION una fuente con llegada a los despachos de La Libertad Avanza (LLC).

Cuando Tapia aterrice en Ezeiza ya sabrá que una buena cantidad de hinchas lo repudian por la iniciativa de regresar a los “Apertura y Clausura” y armar un torneo de 30 equipos y dos zonas, como hizo Julio Humberto Grondona a caballo del “Prode bancado” que jamás vio la luz. Los mensajes críticos y el reclamo por un “torneo normal” anteceden al título en la Copa América 2024 conseguido en Miami e incluso a la Copa del Mundo levantada en Qatar 2022. El presidente de la AFA, como tantos otros dirigentes del fútbol argentino, no resiste un archivo: “Pensamos que la Superliga tiene que tener 20 equipos. No hay torneos de elite con la cantidad de equipos que tenemos nosotros. Si hilamos fino, hasta tendría que tener 18 equipos”, dijo en TyC Sports. Era abril de 2019 y en la primera división había… ¡26 escudos!

(Por Alejandro Casar González para La Nación // Imagen: El comité ejecutivo de la AFA deberá aprobar -o no- la reforma del torneo de primera división)

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