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Indicios del comienzo de una recuperación en «V»

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Indicios del comienzo de una recuperación en «V»

Los datos del SIPA estiman que los sueldos ya se encontraban en julio en términos reales solo 0,3% debajo de los de noviembre; en diciembre llegaron a estar 11,4% debajo.

La recuperación en “V” llegó. No a la actividad económica en general, como esperaba el Presidente, pero sí a una variable determinante a la hora de definir la tasa de impaciencia de una sociedad golpeada por la devaluación y el ajuste. Todos lo saben: el bolsillo será clave a la hora de captar votos en las elecciones 2025.

Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) procesados por la Secretaría de Trabajo, en julio pasado el salario promedio del empleo asalariado registrado –el trabajo de calidad– se encontraba en términos reales, esto es considerando la inflación, prácticamente en el mismo nivel que en noviembre pasado, o sea, antes de la devaluación que impulsó la gestión económica del titular del Palacio de Hacienda, Luis Caputo.

Se trata de un hito, según los técnicos coordinados por Diego Schleser dentro de la cartera que dirige Julio Cordero. Es que se trata de la recuperación de los salarios privados registrados más rápida tras las últimas cuatro devaluaciones (enero de 2014; diciembre de 2015; agosto de 2018 y la actual de diciembre de 2023) si se toma el período comprendido entre el mes anterior a la depreciación de la moneda y los siete meses posteriores a ese período mensual.

“En julio de 2024, el promedio de los salarios reales del empleo asalariado registrado privado mantuvo la tendencia creciente verificada desde abril, consiguiendo así recuperar casi la totalidad del poder adquisitivo perdido desde diciembre de 2023. Este resultado es la consecuencia de la desaceleración de la inflación observada durante los últimos meses y de la dinámica de la negociación colectiva que, en muchos convenios colectivos de trabajo, acordó aumentos salariales por arriba de la inflación”, señaló la secretaría de Trabajo en un informe.

Pero luego dejó una advertencia. “No obstante, es necesario tener en cuenta que persiste una situación heterogénea respecto al comportamiento del salario real al interior del empleo asalariado registrado, y que la evolución de las remuneraciones en esta modalidad ocupacional podría no representar la dinámica del resto de los ingresos laborales y no laborales de los hogares”, estimó el informe coordinado por Schleser.

Según los datos oficiales, el salario bruto medio real del empleo asalariado registrado privado creció 2% en julio con relación a junio de 2024. “Con esta variación positiva, la capacidad de compra del salario medio se incrementó 12,6% en los primeros siete meses del presente año, y consiguió así compensar prácticamente el deterioro del poder adquisitivo provocado luego de la devaluación de la moneda nacional en diciembre de 2023. En efecto, el salario medio real de julio de 2024 se encuentra solo 0,3% por debajo de noviembre de 2023 (cuando en diciembre llegó a estar 11,4% por debajo de noviembre)”, se afirmó.

Un universo acotado
Es importante señalar que los asalariados privados registrados son un tercio de los trabajadores. El último dato de los ingresos de los asalariados surgidos de la evolución de la distribución del ingreso del Indec indicaba que los formales habían perdido un 18,4% –en términos reales– entre el tercer trimestre de 2023 y el primero de 2024. En tanto, los informales habían perdido 24,7% en el mismo período.

Según el último dato del Índice Salarios del Indec, si se considera la variación interanual real de los salarios, se aprecia una caída en el caso del sector público (-22,8%), también en el sector privado registrado (-6%) y una baja del sector privado no registrado (-30,2%). “Este último es el que más pierde poder adquisitivo desde hace años”, explicaron en el Iaraf. Vale tener en cuenta que este último dato tiene siempre un retraso de unos meses en su recolección.

“El promedio de los salarios establecidos en los principales convenios colectivos de trabajo presenta un comportamiento similar al salario promedio del empleo asalariado registrado privado. Esto es así porque, como ya se mencionó en informes anteriores, la configuración actual del modelo de relaciones laborales de la Argentina hace que los acuerdos y convenios colectivos de trabajo tengan incidencia efectiva en los salarios que perciben los trabajadores formales. Durante los primeros siete meses del año, el promedio de los salarios conformados definidos en los principales veintisiete convenios colectivos de trabajo por cobertura de puestos de trabajo creció 9,6 puntos porcentuales en términos reales”, indicó el informe oficial de Trabajo. Unos 16 de los 27 convenios evaluados tuvieron aumentos salariales que compensaron o superaron la inflación entre diciembre y julio de 2024 (en marzo eran sólo cinco convenios).

La falta de recomposición de algunos indicadores del mercado laboral –como también de las jubilaciones mínimas si se tiene en cuenta el haber y el bono– explican por qué todavía la mejora de la situación económica en general es más lenta y oscilante a la que esperaba el presidente Javier Milei.

Otro de los datos que llamaron la atención son los del empleo, aunque la cantidad de trabajadores privados registrados volvió a caer (0,2%) en junio. Así suma un nuevo mes de reportes negativos desde septiembre de 2023. Sin embargo, la sorpresa la dio la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), que ya registró en julio un freno en el ajuste en las dotaciones de trabajadores.

Si se observa la evolución de los sueldos luego de las devaluaciones (enero de 2014; diciembre de 2015; agosto de 2018 y la actual de diciembre de 2023) se puede concluir que en las fases devaluatorias de los 2015 y 2018 nunca se alcanzó a recuperar el poder adquisitivo previo a la devaluación, y en la depreciación de la moneda nacional de 2014, recién se recuperó la capacidad de compra diecisiete meses después.

Es un importante contraste: en la fase actual no solo se revirtió la pérdida del salario real (prácticamente) sino que se logró durante el período más breve de tiempo. Esto implica, según los expertos, que la marcada desaceleración de la inflación en conjunto con el dinamismo de la negociación colectiva, dieron lugar al proceso de recuperación del salario real –medio del empleo asalariado registrado privado– más “exitoso” de las últimas devaluaciones contractivas en la Argentina.

(Por Francisco Jueguen para La Nación // Imagen: El presidente Javier Milei junto a Luis CaputoLA NACION)

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