La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, tras ser destinada a Turquía: El presidente Noboa, después de enviar a su número dos a Israel, la manda ahora a Ankara como medida de presión para que renuncie a su cargo antes de la campaña de 2025, cuando tendría que asumir la presidencia interina.
La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, se conecta por videollamada para conceder su última entrevista a un medio de comunicación, al menos por un tiempo. Son las cuatro de la mañana del lunes 9 de septiembre en Israel. Tiene preparadas unas maletas y está peinada y maquillada, pero a pesar de sus esfuerzos, el cansancio y la angustia son evidentes. Un nuevo decreto presidencial la obliga a viajar a Turquía, donde le han prohibido hablar sobre el conflicto en Medio Oriente y los asuntos internos de Ecuador. Más temprano, había dejado en el aeropuerto de Tel Aviv a sus dos hijos, de 16 y 19 años, que la habían acompañado en la misión de “mediación” de paz entre Israel y Palestina, designada por el presidente Daniel Noboa, tras la ruptura de la relación entre ambos, que fue evidente cuando sorpresivamente ganaron la primera vuelta electoral.
El cargo de embajadora en Israel fue una de las 500 opciones que tenía el mandatario, según reveló él mismo en una entrevista en enero. “La pude haber enviado a estar a cargo de la estación de la Antártida”, comentó Noboa. Sin embargo, en un acto que el Gobierno interpreta como magnánimo, la envió a un país en guerra en una misión absurda, dado el escaso impacto que Ecuador tiene en un asunto de tal envergadura. En realidad, solo era una medida de presión para que dimitiera.
A principios de agosto, en medio de la escalada del conflicto en Gaza y la amenaza de Irán de un posible ataque a Israel, la Cancillería ecuatoriana instó a los ciudadanos ecuatorianos que residen en Oriente Próximo a abandonar esos países por seguridad. En contraste, la vicepresidenta Abad recibió la orden presidencial de trasladarse a Turquía.
«Lo único que falta es que me quiten la vida. Porque no existe otra forma, ni el Gobierno noboísta puede inventarse un mecanismo para evitarlo. Por más que calumnien mi nombre y destruyan a mi familia, como lo están haciendo. Esto tiene que ver con el pilar fundamental de un país, que es la democracia. Por respeto a la Constitución, estoy corriendo a Ankara a estas horas de la madrugada para cumplir con un decreto, porque la Constitución lo manda. Espero que el presidente Noboa haga lo mismo y no siga atropellando la ley, las instituciones, las familias y a las mujeres como lo ha hecho hasta ahora».
(Por Carolina Mella para El País de España // Imagen: Verónica Abad en Quito, en noviembre de 2023.picture alliance (Getty Images)
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